El director de la cartera, José Thomas, explicó que «el objetivo no es eliminar la repitencia» sino «cambiar el formato». Buscan ponerlo en práctica de forma progresiva a partir de 2023.
La implementación en Mendoza podría comenzar en el 2023, sería progresiva, y se aplicaría tanto en el Primario como en el Secundario, aunque de manera diferente, ya que sus regímenes son distintos.
«El objetivo no es eliminar la repitencia, la idea sería cambiar el formato de repitencia o analizar de qué otra forma esta metodología, como política educativa, puede llegar a tener un impacto positivo, algo que hoy ocurre», explicó Thomas.
Cambio de política educativa
Para la DGE está demostrado, mediante informes y estudios internacionales, que el impacto de la repitencia como política de recuperación de aprendizajes no es bueno.
«Lo muestran las pruebas Aprender, el Relevamiento Provincial de Aprendizajes (RPA), los exámenes de Fluidez Lectora, con lo cual uno dice que si a los chicos que no aprenden les aplico una política ligada a la repitencia y de todos modos no aprenden por qué seguimos con la misma metodología, con el costo que eso implica, costo económico para el sistema y costo emocional para los chicos», expresó el funcionario.
A la hora de hablar sobre la implementación del plan, Thomas manifestó: «No considero que sea conveniente eliminar la repitencia, hay chicos que sí necesitan repetir, pero lo que hay que cambiar es la metodología. Tenemos un sistema de repitencia automática por nota, algo que ya no existe en el mundo y la idea es cambiar a otro tipo de repitencia más selectiva o consensuada».
Asimismo, dijo que «la implementación no sería igual en Primario y Secundario porque sus regímenes académicos no son iguales. Se está trabajando en paralelo con los mismos objetivos«.
La finalidad del titular de la cartera es que el debate sobre su implementación no sea arbitraria, sino que trascienda a la sociedad.
«El análisis estará presente en las jornadas de este segundo semestre, pero también abriremos el diálogo a la sociedad para que entienda que hay otras maneras para que los chicos aprendan, que es necesario cambiar algunos formatos que están constituidos culturalmente, pero que son del siglo pasado», comentó.
«La idea no es bajar el nivel de aprendizaje. Hay que desmitificar el componente de repitencia como algo que hace que los estudiantes aprendan o, al revés, que eliminar la repitencia no necesariamente implica bajar las exigencias. Acá lo importante es garantizar el derecho a la educación y ese es el trabajo que tenemos que llevar adelante», agregó.
Según el funcionario, «las jornadas extendidas para fortalecer trayectorias son una buena herramienta para poder equiparar el nivel de los chicos que no han logrado el aprendizaje acorde».
Adquirir aprendizajes
La necesidad de implementar este nuevo formato académico, explicó Thomas, tiene que ver con la necesidad de adquirir aprendizajes sólidos.
«Tenemos que pensar distintas formas de trabajo u otras políticas que apunten a solucionar el problema de aprendizaje, es decir, que apunten a que los chicos aprendan», comentó el funcionario y enumeró algunas de las políticas que se están implementando: «El seguimiento de trayectorias reales, la implementación del GEM y el censo de Fluidez Lectora nos permiten tener alertas tempranas».
«Hasta el momento, la implementación de este tipo de política venía siendo pensando en bases a exámenes internacionales, sin embargo, esa mirada se reforzó con los resultados propios de la provincia, con datos reales que dan cuenta del nivel en que se encuentra Mendoza y con herramientas propias», justificó Thomas.
